En la entrada
“arbitrariedad” del diccionario podemos encontrar las siguientes definiciones:
1.- Forma de actuar que se basa absolutamente en la
voluntad y en el capricho y no en la razón, la lógica o la justicia.
2.- Hecho o dicho que no es lógico, justo o legal,
especialmente si lo realiza una persona que tiene autoridad.
La
ley o las normas no pueden utilizarse de forma arbitraria, si no, no se trata
de ley, sino, como bien dice la definición, se trata de voluntad o capricho.
Mucho menos, se puede disfrazar de flexibilidad, porque no, eso no cuela,
cuando la cuestión se inclina hacia el lado del que maneja la ley a su antojo.
Cualquier
mañana en el Colegio “Ciudad de l@s niñ@s”: todo son prisas, carreras, coches
que van y vienen, un Vigilante Municipal controla el acceso a la calle del
colegio para que nadie sobrepase la línea amarilla. A su lado un miembro de
Protección Civil. Derecha de la calle: una parada de bus y una plaza de aparcamiento
para personas con discapacidad, izquierda: carril bici. Seguimos adelante y
giramos a la izquierda buscando más plazas, un paso de cebra y aceras a los
lados. Según los Vigilantes Municipales (que supongo, siguen normas del
Ayuntamiento), por las mañanas hacen la “vista gorda” a las normas de
aparcamiento en beneficio de los padres que deben acudir en coche, y teniendo
en cuenta que el rato que se destina a la “carga y descarga” es muy breve
(10 minutos a lo sumo). Pero ¿se hace la
vista gorda, o se aplican arbitrariamente las normas según lo que le apetezca
en ese momento al Vigilante, según quien aparque, o según de qué lado sople ese
día el viento?. Porque ahí nos estamos saltando a la torera un montón de normas
de aparcamiento (véase: aparcar sobre el carril bici, aparcar en una plaza para
personas con discapacidad sin poseer la tarjeta correspondiente, aparcar sobre
la parada de bús, aparcar sobre la acera sin dejar espacio para el paso….). O
todos, o ninguno, pero no a unos les llamo la atención y les echo el rapapolvo y
con otros miro para otro lado. Esta mañana se me ha llamado la atención por
aparcar medio coche sobre el paso de cebra, cuando TODAS las demás normas de
aparcamiento que he enumerado se habían incumplido por parte del resto de conductores.
Sin ir más lejos, delante de mí un coche estaba ocupando la totalidad de la
acera, impidiendo el paso a cualquier peatón y por supuesto a cualquier carrito
de bebé o silla de ruedas, y en la acera de enfrente varios coches en la misma
situación, obligando a los peatones a ocupar el césped por no poder pasar. A
pesar de todo eso, el Vigilante de turno se empeñaba en recriminar mi actitud
porque yo ocupaba medio paso de cebra, cuando unos minutos antes más de 100 metros de las dos
aceras estaban siendo invadidas por varios coches.
Si hacen la vista
gorda, si son flexibles para facilitar la labor de padres e hijos a esa hora
concreta del niño, vale, de acuerdo, pero PARA TODOS CAFÉ.
Un
cordial saludo."